¿Cómo prevenir el ciberacoso?

El ciberacoso es un nuevo tipo de acoso que se da a través de las tecnologías de la información y la comunicación. Se puede definir como una agresión intencional, por parte de un grupo o un individuo, usando formas electrónicas de contacto repetidas veces contra una víctima que no puede defenderse fácilmente por sí misma. En el caso del ciberacoso, estas características tienen matices propios derivados de la naturaleza de los dispositivos o tecnologías utilizadas. Por ejemplo la repetición ya no consistiría en agredir a un niño o niña varias veces, basta con subir una sola vez una imagen indeseada a una red social y que la vean varias personas.

La repetición se produciría cada vez que se vea esa imagen, se comparta o los comentarios abusivos que la pueden acompañar. Del mismo modo los roles adoptados en ciberacoso no están claros. Se debate si la persona que reenvía un comentario o hace un post sobre la publicación se debería considerar como agresor o solo como ayudante o reforzador. En cualquier caso, ayudar a que una agresión se propague por la red causa daño.
FACTORES DE RIESGO Y DE PROTECCIÓN
Estudios apuntan a la existencia de factores que facilitan el fenómeno del acoso, es importante matizar que la presencia de alguno de estos factores de riesgo no necesariamente conlleva a que los niños o niñas sean víctimas o agresores de esta forma de violencia. Los factores más relevantes son:

Factores de riesgo individuales

  1. Ser víctima de violencia en el hogar o estar expuesto a violencia de género
  2. Niños o niñas con ansiedad, somatizaciones, retraimiento y dificultades para establecer relaciones sociales o aquellos que no cuentan con un amigo o amiga cercana.
  3. La debilidad física y el rechazo de los iguales
  4. Niños y niñas que pertenecen a grupos minoritarios: presentan sobrepeso, utiliza gafas, tiene una cultura u orientación sexual diferente a la mayoría, tiene el pelo de color rojo, etc.
  5. Los niños y las niñas que tienen un uso frecuente de internet y de comunicación online son más vulnerables al ciberacoso,  al ser un usuario muy activo y pasar muchas horas utilizando internet es más fácil encontrarse con algún agresor.
  6. Los niños y las niñas con temperamento activo y exaltado son más propensos a desarrollar conductas agresivas.
  7. Los niños y las niñas que utilizan internet para encontrar nuevos amigos o hablar con extraños corren una mayor riesgo de ser victimizados
  8. El ciberacoso puede estar motivado por la venganza de ser victimizados en entornos presenciales. Ésta es la razón más citada para cometer ciberacoso contra alguien
  9. Los agresores se han descrito como impulsivos e iracundos, con una importante falta de empatía y una fuerte necesidad de dominar y someter a otros estudiantes.
  10. Motivos sentimentales, rupturas de parejas o de relaciones de amistad; la envidia o los celos y otros motivos relacionados con la intolerancia hacia las personas pueden llevar a cometer ciberacoso.
  11. Los niños y niñas con una escasa red de apoyo que, por un lado, los convierten en víctimas propiciatorias (nadie les ayudará) y, por otro, no les permite afrontar el acoso de forma exitosa (no pueden compartir lo que les pasa, no tienen personas que den la cara por ellos)

 

Factores de riesgo familiares

  1. La aceptación de la conducta agresiva del niño o niña
  2. Uso de métodos de educación basados en el castigo físico o en la violencia emocional o la falta de supervisión de los padres o cuidadores.
  3. Los padres con un estilo de educación permisivo e inconsistente, que son tolerantes con las conductas agresivas de sus hijos y no marcan reglas claras y consistentes.
  4. Una pobre relación paterno/materno filial.
Factores de riesgo sociales
La exposición a la violencia en los medios de comunicación.
Un clima escolar que no promueva relaciones positivas puede llevar a la aparición de conductas negativas en contextos virtuales como Internet.
CONSECUENCIAS Y PREVENCIÓN
Las consecuencias que pueden provocar el acoso o ciberacoso son negativas para el desarrollo emocional del menor. En las víctimas: suicidio o ideaciones; baja autoestima; altos niveles de soledad; depresión y ansiedad; y/o dificultades en la integración escolar y en el proceso de aprendizaje.  En los agresores: peleas; vandalismo; consumo de drogas; delincuencia; entre otros. Pero ambos tendrán un desajuste social, aislamiento y ansiedad.

La prevención se debe abordar teniendo en cuenta a los niños y las niñas, el centro educativo, las familias y las políticas publicas referentes al tema, pero el trabajo debe dirigirse a promover habilidades sociales en el menor, como:

 

  1. La empatía hace referencia al reconocimiento de las emociones de los demás. Es frecuente que los agresores tengan poca capacidad de empatía.
  2. La asertividad es la capacidad para expresar necesidades, emociones, interés y opiniones, de manera respetuosa, clara y no agresiva. No sólo es importante para la víctima sino también para que los testigos u observadores comuniquen las agresiones.
  3. El pensamiento crítico, hace referencia a la capacidad de analizar y cuestionar la realidad y las creencias para plantear soluciones y tomar decisiones de manera autónoma.
  4. La evaluación de las consecuencias de sus comportamientos teniendo en cuenta los efectos que pueden tener para sí mismos y para las demás personas tanto a corto como a largo plazo.
  5. Las competencias de autoprotección frente a los riesgos de las tecnologías de la información y la comunicación implican el conocimiento de los riesgos que tienen las tecnologías de la información y la comunicación y cómo responder a ellos, también el desarrollo de aptitudes de alfabetización digital y mediática para aumentar la confianza en el mundo digital.
Por ello, la familia es un pilar fundamental para prevenir el acoso y el ciberacoso y para trabajar de manera coordinada con los demás agentes de la comunidad educativa. Los padres y madres deberían estar atentos al uso que hacen sus hijos e hijas en las tecnologías de la información y la comunicación; y tratar de tener vínculos afectivos sanos y estables con un estilo de crianza fundado en el respeto, la comunicación, el manejo de las emociones negativas, en la empatía y la asertividad promueve niños y niñas que son respetuosos con las demás personas, solidarios, que saben decir no y establecer límites con quienes podrían agredirlos y que pueden comunicar a los padres y a los adultos cualquier situación que les afecte.
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Para más información, leer “Acoso escolar y ciberacoso: propuestas para la acción” de Save the children; o el artículo: «Cómo proteger a los niños del acoso en internet«

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