Todo padre o madre quiere proteger a sus hijos del dolor, el peligro, la infelicidad, el rechazo, y las malas experiencias, pero el mundo es imperfecto y si evitamos el contacto de los y las niñas con el mundo real, sólo obstaculizaremos su sano desarrollo y estamos dándole el mensaje de: “No eres capaz”,” no puedes hacerlo”, “no puedes confiar del todo en ti mismo.”
En un articulo anterior, hablamos de cómo hacer responsable a nuestros hijos e hijas, por ello, ahora es muy importante, que nosotros, sus padres, entendamos que para hacerlos responsables, no debemos ser sobreprotectores. Pues al sobreprotegerlos le damos poder a los miedos. Los y las niñas sobreprotegidas tienden a:
- Ser inseguros.
- Presentan dificultad para adaptarse a nuevas situaciones.
- No son serviciales ni tienen iniciativa.
- Se acostumbrado a que le hagan las cosas
- No son independientes, y por ello, sólo realizan las actividades si alguien le ayuda
- No le gustas esforzarse y esto lo pone de mal humor.
- Son flojos, exigentes y demandantes: solicitan las cosas con mala actitud, ya sea gritando, llorando, etc.
Una vez, que entendemos el por que, te compartimos los errores más comunes de los padres sobreprotectores:
Prohibirles realizar sus propios deseos por una percepción de daño exagerado puede conllevar a una falta de conocimiento de sí mismos, así como del mundo que les rodea, lo que tendrá un efecto de falta de confianza, seguridad y autoestima.
Al igual que los adultos, los niños y las niñas desean sentir que sus opiniones y deseos tienen importancia, y a menudo uno consigue que se enojen cuando se les dice que no tienen razón sin explicar. El hecho de contradecir inmediatamente la opinión de un menor se exagera y se convierte en un debate sobre quién tiene la razón. En cambio, una pregunta específica relativa a la situación podría motivar una discusión útil.
Los niños deben poder caerse para experimentar lo que supone levantarse y sentirse orgullosos de sus propias capacidades y logros.
Ellos y ellas gritan, se enfadan. Necesitan poder sentir y ponerle palabras a lo que sienten para entenderse y conocer sentimientos. Si les interrumpimos, rechazamos y nos asustamos, no serán capaces de desarrollar una autorregulación interna ni integrar sentimientos, la recomendación es, ayudarles a poner en palabras sus emociones a través de juegos, dibujos, lenguaje.
Lo que realmente necesitan es lo opuesto: hacerlos sentir el peso de las consecuencias de sus actos, tanto de lo que hacen como de lo que dejan de hacer. Para aprender de los errores u olvidos, es conveniente que no se impida que el hijo/a padezca las consecuencias naturales de sus decisiones.
Nuestros miedos no son los suyos, nuestras carencias no son las suyas, nuestros deseos son diferentes. Si comprendemos eso y les damos calidez en el trato, a la vez que les exigimos teniendo en cuenta sus propias capacidades, estaremos favoreciendo un buen desarrollo físico y psíquico de nuestros hijos.
Un pensamiento en “Los 4 errores más comunes de los padres sobreprotectores”