10 tips para que los niños y las niñas coman de todo

Por América Fernández 
Health Coach por el Insitute of Integrative Nutrition
 
Hacer que un peque coma de todo no es una tarea fácil, es un proceso por el cual, los hacemos consciencia del mundo de los alimentos y la salud. Por ello, es importante ser flexibles respecto a sus antojos y siempre buscar sustitutos saludables a los mismos. Para que poco a poco, aprendan el gusto por la comida, su debido equilibrio y la importancia de la salud. Aquí 10 tips para lograrlo:

1. Nunca decirles que algo sabe feo, aunque a nosotros no nos guste.
Los niños nacen sin condicionamientos, y pueden crecer igual si los enseñamos a ser abiertos y experimentar por ellos mismos sus propios gustos e intereses.
2. No asumir que algo no les gusta, aunque algún día lo hayan expresado.
Es muy común que los niños digan que algo no les gusta en la primera o segunda probada. Para poder decir que algo no nos gusta hay que probarlo al menos 10 veces. En algún momento no están listos para la textura de ciertos alimentos, o simplemente ese día no se les antojó cierto alimento.

Cuando mi hijo me dice que no le gusta el jitomate, por ejemplo, yo le digo “sí, quizás hoy no estaba rico el jitomate, mañana probamos otro”.

3. No obligarlos a comer nada que no quieren.

Se vale decir, pruébalo y si no te gusta lo dejas. Es importante generar confianza en ellos. Una buena recomendación es ofrecerles varias veces el mismo alimento en diferentes momentos, ya sea de la misma o de diferentes maneras.
4. No engañarlos.
Enseñarles cada alimento por su nombre y su proceso de elaboración real (si es que lo preguntan). Es muy común decirles que el pescado es pollo o que la carne es jamón, etc. A corto plazo resulta conveniente, para hacerlos probar diferentes cosas, pero a mediano plazo es una limitante alimenticia que está únicamente en su mente, reduce sus posibilidades sólo probar alimentos “conocidos” para ellos y este hecho perdura hasta la edad adulta.
Trata de animar a tu hijo a probar cosas diferentes y cuando lo hagan dile que ya es más grande porque puede comer más cosas.
5. Que coman lo mismo que papá y mamá.
Y aplica tanto en casa como en restaurantes. Si no tienen muchas opciones de comida chatarra, comerán lo que se les presenta. Siempre me han sorprendido los menús en los restaurantes, en su mayoría: Nugets, deditos empanizados de queso o pescado, hamburguesas, pizzas o hot dogs. ¿De verdad, los pequeños nacen creyendo que la comida de grandes es terrible y que la comida procesada es más rica? No lo creo.
6. Hacer atractiva visualmente la comida.
No se trata de armar con la comida obras de arte infantil, se trata más bien de hacer colorido el plato, de poner varias cosas en una misma comida para que tengan varias opciones a la hora de comer.
7. Ir con ellos al mercado, enseñarles los nombres de la comida.
“Mira esta verdura es muy rica, se puede poner en la sopa, o en el jugo. ¿Viste que forma tan chistosa tiene?”
8. Pedirles ayuda para cocinar.
A ellos les encanta, y aunque esto nos signifique más tiempo y esfuerzo, es una buena manera de que ellos se sientan parte importante del proceso de elaboración. Probar lo que ellos prepararon despierta su curiosidad.
9. Hacerles el hábito de sentarse a la mesa con los adultos en casa y en restaurantes.
Es muy común, sobre todo en otros países, que los pequeños nunca se sientan a la mesa, todas las comidas que hacen son botanas en la sala, cuando están viendo la tele, cuando están jugando, etc. Un gran hábito es sentarse a la mesa, pues ayuda a poner atención a lo que se come y digerir de manera significativa la comida.
10. Hacer la hora de la comida un momento de convivencia, para los pequeños.
Ponerles en la mesa su propio lugar, mantel, plato. Establecer una hora para que todos se sienten en la mesa y conversar. Enseñarlos a disfrutar la comida, a masticar, a pedir las cosas por favor. La comida no es sólo energía, es además de información para nuestro cuerpo un motivo de gozo y convivencia.

Publicado en la edición de julio de Amigos la revista, para descargarla ha clic aquí

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Por América Fernández ha caminado durante 10 años en diversos caminos hacia la salud y el bienestar. Hoy sabe que en materia de salud y apariencia física, no existe fórmula mágica que funcione por igual para todos. No se trata de una dieta y su rebote, se trata de entender la bioindividualidad y la manera en que cada quien puede alcanzar y mantener por sí mismo y para siempre, un óptimo saludable traducido en peso estable, equilibrio hormonal, mayor energía, mejor apariencia de la piel, menos achaques y enfermedades.

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