La escuela tenía un rasgo de sacralidad indiscutible porque su nacimiento estuvo asociado a las confesiones religiosas, que buscaban educar a sus feligreses. Nunca se desprendió de todo de ese carácter sagrado, pero a medida que fue pasando el tiempo, ese formato se secularizó y pasó a cumplir un rol fundamental en la conformación de los estados modernos.
Mas la manera que circula el conocimiento en la actualidad, los medios de comunicación e Internet, exigen la transformación, el cambios en la manera en que nos relacionamos con el conocimiento, pues es obvio que hay más información afuera que adentro de la escuela. La escuela tradiciones se encuentra rebasada, necesita cambiar el formato, sumar dinamismo y entender-aceptar las diferentes propuestas en pedagogía para el cambio, como: la educación emocional, la educomunicación, la educación creadora, la pedagogía Montessori, la pedagogía sistémica o la educación viva.
Buscar una educación holística, integral y amorosa, basada en el respeto hacia el proceso individual del menor, el acompañamiento emocional para su autonomía y la promoción de un entorno sano y feliz, para construir una comunidad proactiva y social.
La situación de la escuela tradicional con su imagen autoritaria, que no integra a los y las niñas con el colegio, sumado a que las familias se están desintegrando, conlleva a que profesores y alumnos se unan, pero por el sentimiento de malestar. Así, tenemos a menores poco o nada adaptado sin interés por lo que les enseñan los maestros y aburridos. Aburridos con trabajo sin sentido, miedo a ser castigados o humillados y confundidos por una enseñanza repleta de conceptos abstractos.
Por ello, la escuela debe ser más abierta, flexible para la utilización de los recursos más diversos y actuales, donde entra inevitablemente el mundo digital, así como, pugnar por una atención personalizada de cada alumno o alumna, de modo que colabore en la integración. Ya que un sistema escolar unificado a nivel nacional resulta imposible, dada la diversidad, dinamismos y permanente transformación.
3. Los padres
Los padres deben involucrarse en la crianza de sus hijos y saber que son responsables de ella y no endosarla a terceros como el colegio. Cuando los padres aportan su esfuerzo y tiempo, tienen la oportunidad de interactuar con los maestros, los administradores y otros padres: hacer comunidad, lo que les permitirá comprender cómo es la escuela de su hijo/hija. Además de mejorar el rendimiento académico, la participación de los padres se vuelve una fuente de apoyo que crea una comunicación efectiva que permite prever problemáticas y ayuda a su pronta resolución.
Para una educación integral con tus hijos e hijas:
- Nombra, muestra y comparte tus emociones de forma asertiva.
- Comunícate constantemente con todas las figuras de autoridad cercanas al menor.
- Permite que él o ella elijan y tomen decisiones de acuerdo a su edad.
- Educa con valores.
- Evita el uso del castigo como método de educación.
- Trata y educa con igualdad tanto a las niñas como a los niños.
- Interésate por sus necesidades.
- Establece límites claros, evita dar dobles mensajes que confundan al niño o a la niña.
- Haz comunidad con el colegio y los demás padres de familia
Juntos podemos construir un mejor entorno para nuestros hijos e hijas.
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Artículo escrito por Angélica Meza, abogada y directora de Amigos la revista, A.C. | Para conocer sobre su trayectoria haz clic aquí| Si deseas asesoría jurídica te invitamos a conocer el catalogo de sus servicios, citas para asesoría jurídica al 551697-3391 en CDMX únicamente.
Un pensamiento en “3 Razones para entender el fracaso de la escuela tradicional”