En un mundo ideal, todos seríamos felices pues comprenderíamos las necesidades del otro y crearíamos equipos solidarios para formar comunidad; pero lo cierto, es que el día a día en la ciudad no es amigable y mucho menos con las mujeres y peor aún, con las que desean lactar.
Más allá de un problema legal, es un problema de política pública y doble moral, porque por una parte existe un sin número de publicidad sexista donde los atributos de las mujeres son expuestos en desplegados, portadas de revistas y anuncios espectaculares de grandes marcas; en contra posición a los prejuicios de la obscenidad de la lactancia.
Así, ser mujer, es ser un ser sexuado cuya finalidad y rol es parte de la estética y no de la naturaleza o la crianza. Cosificadas se nos impone ritmos y prioridades, y a la vez, nos volvemos comunes e invisibles, donde la superficialidad del sexo convierte en rumor el respeto.
Por ello, en el mejor de los casos, se nos segrega para que en un espacio “seguro” y a solas, podamos amamantar. Porque así como el respeto es rumor, la inclusión es una falacia, pues lo que en realidad sucede es una fragmentación constante para diferenciar al otro, para diferenciarlo de lo normal.
Lo normal sería poder lactar en cualquier café, parque, en el transporte público, en los restaurantes, en el cine, en los museos, en cualquier lugar. Lo normal sería ser una sociedad libre que cultiva las diferencias. Ver con naturalidad y no con morbo un seno, asociarlo a la crianza y la alimentación y no exclusivamente a la sexualidad.
Hacer inaccesibles los espacios para la lactancia es marginación, cuyo telón de fondo, es la falta de solidaridad y cariño por las necesidades de las mujeres. Por eso, necesitamos hacer equipo y dejar constancia de los cambios que se requieren, si quieres unirte, la propuesta es:
- Pedir que los medios masivos de comunicación consideren la lactancia como parte de un proceso natural de crianza y dejar de cosificar el cuerpo de las mujeres.
- Dejar constancia desde cualquier trinchera hasta en los medios sociales de tus inquietudes, propuestas y medios. No hay esfuerzo pequeño. Todas tenemos derecho de contar nuestra propia historia, para integrar las historias de hacemos juntas.
- Haz comunidad y cuida tu seguridad y la de tu bebe, no es necesario ponerte en peligro.
- Que el límite del periodo de lactancia sea tu deseo y ambiciones, no los demás.
- Influir en la creación de políticas publicas amigables con la lactancia materna.
Me encantaría conocer tu opinión y tus propuestas, escríbeme, seré feliz de leerte.
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